Arcoiris

Tal y como preveían las noticias del periódico, ese día llovió.

Tuvo que refugiarse en la cafetería de la estación.

Estaba a rebosar, pero encontró un lugar en la barra. 

Allí sentada, veía el agua caer fascinada.

La lluvia le evocaba esa nostalgia que, a veces, no era capaz de disfrutar.

Sacó su libro, compañero de tantos viajes, y comenzó a leer.

Inmersa en las páginas del libro, unos ojos se fijaron en #ella.

Estaba preciosa, envuelta en un aura de melancolía y misterio.

Concentrada, callada, reservada... Ajena a todo el bullicio de los pasajeros, metida en su mundo.

'No es una chica normal', pensó él. 

Tenía algo que despertaba su curiosidad.

De repente, un pequeño jaleo dentro de la cafetería la sobresaltó.

Todos señalaban hacia la ventana. 

Un Arcoiris iluminaba la oscura tarde y muchos se animaron a sacar sus móviles para fotografiarlo.

Pero algo más llamó la atención de la chica del andén 18. 

Unos ojos la observaban, detrás un periódico.

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