El tren.

Imbuida de una tristeza tan ardiente como poderosa, a veces deseaba abandonarse al consuelo de las lágrimas.

Pero hizo todo lo posible por dominarse, recordando las palabras que un día le dijo su madre: "Hija, no puedes permitirte el lujo de venirte abajo porque se convertirá en una costumbre que repetirás una y otra vez. En lugar de eso, intenta ser fuerte".

Y fue entonces cuando se dio cuenta de que aquel tren que tanto había esperado, se acercaba.

Puede que la vida le hubiera mostrado que no era un cuento de hadas; pero ahora ella le sacaba los dientes.

La chica del andén 18, ya estaba lista para coger su tren.

Comentarios

Entradas populares