Introducción.


Hay batallas que solo dejan heridas visibles. Son como garitas, trincheras, ruinas y todo eso que le gustan tanto a los turistas.


Pero las heridas de verdad son las otras. Las que no se ven. Las que se llevan en secreto. Esas son las que lo explican todo; pero de esas, nadie habla.

Sin embargo, la cura no es ganarle a la herida. Es aprender a caminar con ese pedazo roto.

Y eso, es lo que #ella había aprendido de la vida.

Ella, la chica del andén 18.

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