Aquella Mujer.

Preparada para subir al tren con más fuerza que nunca; la chica del andén 18, veía el trasiego de los ferroviarios, los camareros, el equipo de limpieza... preparándose porque la llegada del tren era inminente y había que acondicionarlo para el siguiente trayecto. 

Y sintió ese olor tan familiar...

Uno de los camareros transportaba un carrito lleno de exquisitos croissants. 

Fue entonces cuando pensó: "Qué poder tan infinitamente mágico el del olfato que, con tan solo sentir un aroma, te puede trasladar a un lugar, a una época o a una persona."

Aquel olor le llevó, de nuevo, a su #madre y a sus palabras.

Y, secando las lágrimas que recorrían su cara, porque seguro que ella le emplazaría, peleona y luchadora como era; recordó cómo había sabido siempre sobreponerse a las inclemencias de la vida. 

Aquella mujer le enseñó a luchar, a no rendirse nunca, a levantarse una y otra vez. 

Por eso estaba allí, se dijo.

Esperando su oportunidad.

Porque en su naturaleza estaba seguir adelante y continuar el
viaje
.



Comentarios

Entradas populares